ALGODONES DEL ESTÍO

Mil cigarras seducen mis oídos:
un ejército en concierto para mí.
Me hipnotizan, placentero sonido;
aunque lo ignoren, no es cuestión baladí.

Suave atardecer que deleitas
y acompañas todas mis lecturas.
Enrojeces las horas muertas
hasta darles vida, ¡qué hermosura!

Y con tenue rosa tiñes las nubes:
algodón de azúcar en mi corazón.
Verano, ¡que mis sentidos desnudes!,
¡y tus brisas me hagan perder la razón!

Hierba seca que inunda mi nariz:
olor, color y sonido del estío.
Enmarcan un momento tan feliz;
se para el tiempo, el espacio, y el destino.

Olivier G. Durán
#NoSoyPoetaSoyTodoIgnorancia